Miseria
Yo no estoy, ahora, para joderle la vida al mundo.
Son las cuatro de la mañana en, quizá,
otro pueblo desvencijado y roto.
Aquí el cielo se limita a helarle la sangre a los vagabundos.
Ignorantes, que vagan muertos en vida
ante los rieles vomitivos del fracaso.
Oh, suspiros de alcohol indigestos.
Los testículos de los pobres, caeran en otra luna más
sobre sus cunetas de piel rugosa insípida.
Y las vulvas de cuevas rotas, caeran en desgracia
tras el futuro en que les arrastra la inocencia idiota.
En los más altos escalafones
Los nobles políticos, andaran
guardando celosamente sus joyas
para que, supuestamente, la guerra
no las tire a un abismo de miseria.
Y, así, podría declamar tras la gramola
de jazz contemporáneo, unos diez, cien, seiscientos sesenta y seis versos más, pero es que no,
no basta una vida para contar la Vida;
no basta con ser y no ser piedra,
que deambule como bloque de hielo,
en las arremolinadas callejuelas, de la miseria.
Comentarios & Opiniones
Intensa obra bien llevada en tan buenas letras
"no basta con ser y no ser piedra,
que deambule como bloque de hielo,
en las arremolinadas callejuelas, de la miseria."
Reciba mis cordiales saludos