Sea sabio en la decisión del amor

poema de Zephkiel II

¡Oh crisantemos de las tumbas!
Blancos y celestes cual la tundra
Tú belleza lapidaria encandila todo mi ser
Como aquel sol que miré al amanecer

Es que este amor es ciego
Porque reconoce no ser amado
Y aun así persiste en ello
Porque se resiste, a ser olvidado.

Tú piel seguro es suave
Como el algodón de las nubes en las tardes
Pero tengo contra ti que tu corazón es frio
Cuál argenteo adoquin de los caminos

Pero te quiero
Y te extraño
Aunque los sabios
Digan lo contrario.

Es que este querer es ciego
Porque no es correspondido ni validado
Y aun así persiste en ello
Porque se resiste a ser olvidado.

Permiteme sacarte una sonrisa
Aunque en verdad deseo que sea un regalo
Como los besos que las esposas dan
A los guerreros que han luchado.

Y es que lo carmesí de tus labios
Tiñe de pasión todo lo que dices
Y asi sobreviven mis sentimientos
A pesar de los silencios que me diriges

Esto no es amor
Y no es querer, no señor
Es la vanidad de mi ser
De mi alma y mi corazón.

Porque avergonzado debo confesar
Que por ratos de ti me suelo olvidar
Por ello escribo estos versos
Para volver a enamorarme y soñar con tus besos.

Es que este capricho es necio
Porque lo digo yo y también los sabios
Y aun así persiste en ello
Porque no resistiría, ser olvidado.