Milagros En La Penumbra.

La mujer de negro deambula desde que tengo memoria por las calles,
como si el paso de los años fuera el testigo mudo
del abandono que le ha tocado sufrir.

Las miradas pasan, las personas vienen y van,
y ella permanece en el desamparo.

Siempre vestida de negro,
como si enlutara en su caminar el recuerdo
de una memoria que un día quiso enterrar.

La he visto en distintas direcciones,
pero siempre en el mismo camino
desde hace quince años:
donde la calle se volvió consuelo,
donde nunca nadie pidió por ella,
donde su familia la desterró viva
en un abandono que terminó siendo su casa constante.

Su salud mental dejó de ser vecina
para convertirse en enemiga cruel,
esa que le pasa factura,
obligándola a pelear con el demonio invisible
que se instaló en su mente.

Así pasan los días,
donde la realidad se confunde con la rutina,
con el bullicio, con la gente que parece indiferente
ante su historia, esa que todavía arde
en cada paso sobre el asfalto.

A veces aparece por la acera, vestida de negro,
pensativa, con la mirada distante,
como si en su memoria aún brillara el eco
de que un día su presencia tuvo un rostro con peso,
de que su historia alguna vez tuvo voz.

Todo sigue su curso,
pero ella… ella sigue ahí, inerte,
como si esperara que la suerte algún día
le sonriera de nuevo.

Los años pasan,
y sigue caminando en la sombra.

Se llama Milagros,
y todavía espera —como su nombre— el milagro:
el de ser vista, reconocida, incluida,
el de tener un techo distinto al de la intemperie,
el de volver a pertenecer.

Comentarios & Opiniones

Michael Castle

Uno de los problemas más graves de la humanidad, las personas sin techo visto a través de estás sensibles y hermosas letras mediante las cuales alzas tu voz de condena.
Me gustó mucho la forma directa con la que afrontas este tema.
Saludos!!¡.

Critica: