Eterno Instante.

Fuiste un instante,
pero no cualquiera.
Fuiste ese suspiro
que detuvo el mundo,
ese parpadeo del alma
donde cabía toda la eternidad.

Un cruce de miradas
que selló un pacto sin palabras,
una caricia contenida
que aún arde en mi piel
como si el reloj jamás avanzara
desde aquel día.

Te fuiste sin haberte quedado,
y sin embargo
te quedaste para siempre.

En cada rincón de mi pensamiento,
en cada silencio que me nombra,
en cada noche
donde vuelvo a ti
sin querer.

Fuiste más que un amor,
fuiste tiempo detenido,
un universo colapsado
en la brevedad de lo imposible.

Un latido fuera de compás
que aún retumba
en esta soledad que aprendí a amar
porque tú la habitas.
Dicen que lo eterno no dura,
pero tú me enseñaste
que hay amores
que no necesitan vivir del todo
para jamás morir.
Y aquí estoy,
bebiendo del recuerdo
como quien no quiere olvidar
que, por un segundo,
conoció el cielo
sin moverse de la tierra.
Porque fuiste tú…
mi eterno instante.