Acuerdate de mi

Soñaste sin mí, reíste sin mí
Besaste otros labios miraste otros ojos,
Dijiste palabras para otros oídos
Señalaste un camino compartido que no era de los dos
Marchaste dejándome y aun así
Acuérdate de mí
Que no hay aguacero que me moje más que las lágrimas que derramo producto de tu ausencia
Acuérdate de mí que no hay melodía más hermosa que la que emite el sonido de tu voz
Acuérdate de mí que no hay algodón más suave que la dulzura de tus labios.
Acuérdate de mí que estoy en el mismo lugar donde partiste
Acuérdate de mí que no es un responsabilidad si no un acto de bondad, apiádate de un corazón que palpitaba por los dos, por un alma que luchaba por la independencia de tus caricias cayendo al abismo de no saber qué hacer sin ti
Acuérdate de mí que no sé si el día es día o la noche es el cielo de mis días
Acuérdate de mí del guerrero de mil batallas que perdió su cruzada en un terreno ganador
Camine en un suelo baldío, caí en un fondo sin fondo y aun así respiro con el achaque de sentir ese mismo frio.
Acuérdate de mí cuando des un paso y pienses que por ti yo di mil, incluso trepe tus montañas tomando ocupaciones que no correspondían solo para ti, pero tan grande mi amor que se acordó de tus males, que se acordó que llorabas y seco tus ojos, que se acordó de tu tristezas y te seco las lagrima que se acordó de tu ira y te dio una flor que te vio tan pobre y te regalo un amor, que te vio pálida y te enseño los rayos del sol, que te vio insegura y te regalo su seguridad, que te vio melancólica y te explico que nadie dará nada por alguien no da ni medio por sí mismo, así que acuérdate de mí solo cuando te acuerdes de ti misma