LAS MANOS QUE DAN

Hoy elijo recordar cosas bonitas.
Como ese almohadón dibujando una flor multicolor,
en pequeños trocitos de telas entretejidas.
El regalo de mi amiga María!
Hecho con todo su cariño para mí.
Yo, con apenas 5 años.
Mi mejor amiga, 85!
La recuerdo tan clara como si la estuviese mirando ahora.
Con su sonrisa bondadosa y sus gafas de marco oscuro.
La "abuela María".
En realidad, sólo era una vecina del barrio,
pero supo sembrar en mí la semilla del cariño fraterno.
Aún conservo una tarjeta postal escrita de su puño y letra.
En poquísimas palabras, me dejó todo un mundo de belleza:
"Para mi amiga Yisa, de su amiga María".
Qué cosa más bonita, por Dios!
La niñita y la octogenaria entrelazaron sus corazones!
Marcó profundamente mi vida.
Me enseñó de rosas, margaritas, naranjos y limoneros.
Aprendí de podas, riegos e invernaderos.
A la antigua!
Caserito! Como se hacía en cada hogar de esa época gloriosa.
En mi casa, mi padre tenía huerta.
No faltaba el perejil, cebollino, orégano, acelgas y demás verdes.
Entremezclados con almácigos de zanahorias, frutillas, papas,
tomates y zapalleras.
Todo ordenadito entre frutales vigorosos.
Limoneros, naranjos, manzanos, nísperos, durazneros, y más...
Qué enorme veían mis ojos todo el sembradío!
Pero el crecer me hizo ver que no era muy grande,
sino un espacio excelentemente aprovechado.
Crecí rodeada de verdes y aroma a fruta madura.
A tierra mojada y bendición!
A mesa servida con manos benditas.
En el mundo de hoy, eso ya no existe...
Lo cambiamos por enlatados, envasados y hortalizas repletas de químicos.
El precio de la modernidad se hizo asfixiante.
Lo cómodo se transformó en veneno, destrucción y desforestación.
Invadimos todo a cambio de una vida envenenada y dependiente.
El cielo se cubrió de nubes tóxicas.
Los mares, basureros flotantes que aniquilan el ecosistema.
La tierra, herida y fumigada atrozmente sin piedad.
Hoy pagamos el precio.
El Hombre está preso en su jaula de egoísmo y deshumanización.
Que las paredes nos encierren obligatoriamente, no es el problema.
El problema es, como volver a un ayer sano y solidario.
A ese ayer que yo viví inocentemente y feliz
y del que hoy, sólo puedo recordar cosas buenas.
Tan buenas, como el haber tenido una amiga increíble.
Mi amiga María.
A la que ni un sólo día he podido olvidar.

10/04/2020