HABRÁ UN MAÑANA...

Se libra una batalla entre el pensamiento y la boca.
Cuánto gira en mi cabeza!
Si le diese permiso a mi boca
se desatarían mil infiernos.

Calla...calla...
Me repite la cordura.
A veces es tan difícil!
Titanes luchan dentro de mí.

No es de sabios liberar todo.
Ni la prudencia aconseja tal exposición.
Imaginas cuánto podrías derribar con sólo una palabra?
Años de paredes y muros contenedores...

No es bueno el enojo explosivo.
Pero... guardárselo es tan difícil como precavido.
Será que los años pusieron un lacre a mis labios?
Que prefiero callar a herir aunque me hieran?

No sólo lo que se dice, lastima.
Aprendí, entre muchas otras cosas,
a leer las miradas, los gestos...
Ojalá no lo hubiera hecho!

Mi intuición me dice muchas veces
lo que no desearía ver ni oír.
Si siguiera mis instintos
viviría en una isla desierta.

Por eso es mejor girar la cabeza.
Fingir que a los oídos no llegan palabras que hieren.
No dar demasiado papel estelar a los momentos foráneos.
Ésos donde explotamos y es un instante.

Acaso no es de humanos el enojo?
Por eso prefiero mirar los actos.
Las acciones a través del tiempo.
Ellas hablan más claro que todo lo demás.

Me equivoco pesando lo bueno y lo malo?
Siempre el primer plato ha sido más pesado.
Malos momentos tenemos aún sin quererlos.
Hoy día, es todo demasiado estresante y abrumador.

Pronto llegará otra primavera en esta vida.
El invierno que pasa la Humanidad, terminará.
Este caos será luz de esperanza otra vez.
Mañana, sanaremos y sé que mañana... sanaré!

15/03/2020