Dancing queen

poema de El Caminante

Vedla allí... ¿no os parece
la encarnación más viva
de las huríes cuyas sedas trastornaron
la molicie proverbial de los califas?

Vedla, mas no oséis
estorbarla, cuando me inspira
sonetos y églogas en bronce,
cantares de gesta y pedrería.

She's the dancing queen,
aunque no encienda el centro de la pista;
sus dominios se extienden cuanto alcanzan
los favores que se rinden por su risa.

¡Vedla allí, cómo se acerca
a un desconocido que titila!
Cuerpo celeste, le basta existir
para dar sus colores a la vida.

¿Te veré, con mis galas de alcohol,
hacia Sant Joan, en otra travesía?
Mi voto de arrebato e impaciencia
a esa noche que se extingue, huida

del conductor de luz, el rubio Apolo,
¡tu flecha en mí, si esta voz declina!