Tumba de Esperanza

Hoy he recordado,
el umbral de esa cama,
donde sofocabas de lujuria,
de conciencia lacerada,
sin aliento para las palabras,
suplicando con gritos sordos del cual refleja un rostro hambriento de placer.

Mi lengua,
junto a mis traviesos labios,
Cabalgaron hasta la silueta de tú sombra,
desterrando al mudo y sediento deseo de enardecer en tiempos de whisky escocés,
ahogándote en llantos de placer,
junto a hordas de caricias y desterradas pasiones que encarcelan ese corazón confundido,
que resguarda celos, sueños e ilusiones.

El Eco de tus gritos se apaga,
Enraizado en mi memoria,
Junto a una dulce y tierna voz que seduce hasta a la puesta del Sol,
Olvidando en su exilio voluntario a dos desiertas almas,
Pisoteadas por el pasar del tiempo y las noches,
en un sin fin de emociones.

Llega el amanecer junto a unos labios secos y quebrados,
Desgastados de tanto enardecer,
que imploraban los besos de éste joven enamorado.

Un lejano adiós impregna estos rayos de Sol,
Los deseos se escaparon,
hacia un abismo desorientado.
¿La verdad?
Que yo la amo,
¿Mi verdad?
Que ella no esta en el Tiempo adecuado.

Mi futuro es ciego,
ya no la busco.

La Soledad...

... Junto a esta Taza de un Viejo Café de Antaño,
Me abrazan, para deleitarme con estas crudas palabras
.
.
.

Que mi amor hacia ti,
Yace encarceladas en mi Tumba de Esperanza.

Aldo Vera.

*Dedicado a esa Mujer de Ojos Color Café, Café de Antaño que enamoran.