De penumbra la noche

De penumbra la noche

Recorro con la vista la obscuridad de las sombras.
Lentamente hacia la pálida frente de la luna
Para susurrarle al oído secretos,
Es ese, el momento de agonía
Tétrico momento capaz de erizar la piel a una tímida nota musical.
El sudor tempano se cae sobre el borde de la cama,
El aliento abandona el cuerpo hambriento de sueño,
Mientras, se posa en el pedestal de mis lamentos.
Ese tosco impulso de poder ver lo invisible, me tienta,
Me alienta a bajar estrellas que iluminen la claridad de los deseos,
De ese mundo, de galaxias tal partícula de circonio.
Veo fantasmas…
O quizás, son luces aureoles, venidas de galaxias lejanas,
Ese color verdusco de hojas mojadas.
No es miedo el que me paraliza, ni cerca de ello,
Es el ver el infinito del universo obscuro,
El color más bello de la existencia, que rodea la palidez de un satélite.
No sé lo que se esconde ahí, pero siento que me llama,
Como una madre llama a su pequeño hijo, para que la coja de la mano.
Es tan fascinante saber que algún día regresare a su vientre ondeante,
Pero mientras, deseo solo pensar en la frágil idea del camino de regreso,
Mientras pasa la penumbra noche, muero.

William E. Amador ( Septiembre 2015)

Comentarios & Opiniones

La Dama Azul

Profunda obra la vuestra, cual capitulo tomado de un grato libro.
"El sudor tempano se cae sobre el borde de la cama,
El aliento abandona el cuerpo hambriento de sueño,
Mientras, se posa en el pedestal de mis lamentos."
Reciba cordiales saludos

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