Nos llamaron fatalistas

Cuando el sínodo de la locura,
Nos comunicó la hora maldita,
Repiqueteaba el reloj de cuco.
Bajo la escalera de mármol moteado,
no recuerdo bien la luminosidad del corredor,
poco a poco se dejó de caer la tarde ,
y la tensión nerviosa desapareció,
poco recuerdo entre sueños,
y pañuelos húmedos de papel
que caían uno tras otro por la mesa hacia el infinito..

Comentarios & Opiniones

Penelope

Muy bonito amigo, disfruté de la lectura! Un abrazo!

Critica: