Podemos tomar la calle
Podemos tomar la calle
o arrodillarnos
en la puerta de un juzgado, alejarnos de la herida
o desempolvar los prismáticos.
Callar lo que odiamos
nos convierte
en uno de esos sádicos
a los que les parece
tan seductora en la mano
una bala como un bálsamo.
Ha pasado mucho tiempo
y sigue sonando en el megáfono
la balada de los que marcan
con una cruz
la casilla de dignidad en su vida,
de los que prefieren el olor a sal
y el calor de la pólvora altruista.
Los que hablan
con el nudo de sus corbatas
nos tildan de ratas cuarteleras,
mientras sus finos hijos
a escondidas
hacen pasar jacintos por yedras.
Podemos tomar la calle
mientras otros alicatan
la nevera,
y que nos llamen monos de feria,
mañana volver a salir, y pasado,
así hasta primavera,
sí, eso, hasta primavera,
que entre soñadores
y frente a senadores,
que con ellos y sin ellos,
la primavera
siempre llega.
Comentarios & Opiniones
Me encanta la poesía protesta, sin tapujos y con dos cojones! A salir a la calle, a dar la cara, a no ir obedeciendo tantas convenciones y no dejar que nos callen. Me gusta esa garra!!! Hace tiempo que no escribías! Un besote amigo!
Yeaa, muchas gracias amiga!. Conservar el espíritu revolucionario conlleva dedicación! Un beso!
Caballero encuentro vuestra obra introspectiva , descriptiva, franca; un gusto de lectura.
Reciba mis cordiales saludos.
"Podemos tomar la calle
o arrodillarnos
en la puerta de un juzgado,
alejarnos de la herida"...
Profundos versos.
Magnifica obra. Metafórico poema de actualidad. Un gusto leerte.