No todo es de Dios

¿Qué podría haber creado Dios que no sea el mismo?
Porque tendría todas las voces y tambíen el silencio
Tendría todos los sentires y tambíen el vacío
Todos los pecados y todos los arrepentimientos
Todo lo dado , lo quitado, lo devuelto
Todo lo ido, todo regreso, lo ínfimo, lo inmenso
No vale la pena hablar de Dios
Porque todo, incluso mi ateísmo es suyo
Lo tóxico y lo puro
Y si somos un reflejo, también él es lo eterno
Y si somos eternos, él tambíen es lo perecedero
Como una flor fría que yace en el suelo de invierno
Como un gorrión en primavera que por primera vez vuela
¿Qué sentido suyo me provoca esta nostalgia?
De ir donde nunca he estado, porque el estar es suyo
De ver lo que no se puede ver, porque él si lo ve
¿Qué cosa de sus cosas me hace sentir esto tan profundo?
Cuando en él mismo lo superficial y lo sin sentido son de él
Si es lo más pequeño de una partícula, el principio
Si es más grande que lo eterno, el final
¿Cúal sería su tamaño?
Cuando a su vez, todas las dimensiones son su sino
No, honestamente Dios existe y no existe
Y obvio es, lo que no existe es también de su mismo
Igual me empeño en nómbralo
Porque aunque todo sea él
El sufrimiento duele
Amar sabiendo de la muerte
Conociendo nuestras limitaciones
Arrastrando nuestros males
Aunque de él sea el mal, el mal que hecho es mío
Y no sé si al él le importa como a mí, hijita mía
Aspire al bien por cuenta propia aunque sea de Dios
Y si además de él sea mi cobardía,
ha sido mi responsabilidad.