vigoqui, España [Vicente Gómez Quiles]
Mis poemas
Miércoles, Septiembre 11, 2013 - 20:24
COMBATIDO AMOR
Arde el deseo de una olapor ser ojo, mano, fuego…¡Ay, qué cerca me empujas mar, ahora!¡Inútil naufrago es el recuerdo!Y seguiré entre espumassubsistiendo,o vislumbrara en remolinadobatir, ésa inmensa llama de sed flameando.Fuiste luz de isóbarasen cuadriculados susurros de camade presionadas penumbras. Nos reímos, hablamosal preludio burlado del feliz descanso.¡Tantas noches en vela te acariciéque hubiera fallecido ayer, sin contártelo!Por entonces, tú estabas expatriada a mis brazos
Sábado, Septiembre 7, 2013 - 01:28
CAE LA HOJA
¡Qué suave cae la hoja!Y tú piensas;¡El cielo no se enterará!¡Bendita inocencia!Y crees que en tierra morirá;¡bendita inocencia!Si es el vientoquién la empujaa tus piernas,y es el vientoquien la hará volar.¡Dame movimientoy seré tuyo siempre!¡Tu genuina esencia,la del cielo,
Miércoles, Septiembre 4, 2013 - 19:39
BOSQUE DE HAGUENAU
No hay otro cieloa este genial recododegustando grosellas junto al río,leyéndote poemas de Neruda;besando tus delirantes sombras...Aunque me llaguenheridas de tu carne;jamás quedará ignorantepárvula gota, bombeada sangre.Entre esas islas nuestras,trayendo fortuna momentánea.Dichosa dicha soñadahenchida a la realidad falsa,con efímeras eternidadesplanté mi lengua fugitiva
Lunes, Septiembre 2, 2013 - 22:40
GARA Y JONAY
Hace muchos, muchos años, en la actual Gomeraun joven y humilde pastorllamado Jonay, conoció una princesa…Gara era una hermosa muchachade largos cabellos rizados y rubios.Soberana de Agulo, hermana de Iballa,Hupalupo y Hautacuperche.Al igual, les pasó a Romeo y Julietay a otras tantas parejas. Su amor fue imposible.El rey de los junonienses prohibió a Jonayde estrato pobre - sin sangre noble -,ver a su hija y lo alejó de sus rebaños y tierras.Una mañana helada,ocultos, después de amarseprometiéndose amor eterno en la otra vida, marcharon juntos
Lunes, Septiembre 2, 2013 - 13:55
RETORNO
Adónde van los propósitos rotoslas promesas no cumplidas…Mi nieto Pablo, de cinco, arrulla mis horas de insomnio.—No estés triste yayo, la abuela está en el cielo.Cuando ya no me habla,cierro la puerta sin hacer casi ruido;en lugar del deshonesto parque,cruzo el palmeral hasta el puerto…Qué detendrá el sueñoen la palabra instigadade esta isla frágil, sublime y volatineracuando la luna fascine desinteresadaotra cara más codiciada.Se esfume el satélite de la Tierraen un fogonazo de humanidad
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