RETORNO

poema de vigoqui

Adónde van los propósitos rotos
las promesas no cumplidas…

Mi nieto Pablo, de cinco, arrulla mis horas de insomnio.
—No estés triste yayo, la abuela está en el cielo.

Cuando ya no me habla,
cierro la puerta sin hacer casi ruido;
en lugar del deshonesto parque,
cruzo el palmeral hasta el puerto…

Qué detendrá el sueño
en la palabra instigada
de esta isla frágil, sublime y volatinera
cuando la luna fascine desinteresada
otra cara más codiciada.
Se esfume el satélite de la Tierra
en un fogonazo de humanidad
y todos los océanos lloren;
la paz pasajera...

Cómo lo sé, noche...
¿También te llevarás las almas ayer sinceras?
Si en mi corazón las tienes guardadas, los átomos de sal
que dejaste olvidada. Oh morriña… De locura bella y marinera,
no me enfrentan fugas…
Sí pasional, la mar qué nos nada.

Tú, sólo tú, me enseñaste dónde pude latir entre las aguas.
No quiero esperar ahora a ese que me acompaña,
a ese que obtuvo tanto hasta esas tus vegas
de la flor absoluta, de las costas inundadas.

En mil movimientos lerdos
repartidos suavemente entre crecidas y pasionales olas.
Mirándote de nuevo en la distancia oteo
reverberar tu olor de amor y de eterno verano.
Contigo Mi Siempre Amada Lucía
conseguí la llama camuflada del aire
y el beso mágico junto a unos dátiles que la oscuridad
quiere llenarse de tu sombra, en nuestras diminutas gotas efímeras.
Las luces de los coches se parecen hoy a las luciérnagas.
Más obviando la realidad, no supe demorarte del recuerdo.

El tiempo recolecta naufragado y criba tentativas.
En tenue crepúsculo muero en vida sin tocar tu discípulo labio.
¿Será qué los débiles, tuvimos necesidad de creer en algo?
No me asombra el momentáneo vuelo complaciente ni mi Dios
que tanto amo y tal vez ya no atiendo, sólo Tú Lucía eres lo que quiero.

No me abruma zozobrar contracorriente incesantes prisas del olvido.
Verla en todos las cosas que no tengo y pierdo. Acariciarla
desde los universos imprevistos. ¿Cuánto interrogué a la sangre?
O volví sin ir a ese retorno que nos pareció el mismo sueño.
Preguntar quién me ahoga vaivenes de bruma. El pie mío que en ella camina.
Ahora te odio falso cuerpo sin espíritu, acuñando balbuceos al misterio,
mientras en nombre de la nostalgia
conjugo néctares con la fe que todavía guardo.
Con arrogante ego de mis suertes
antes debí haber malherido su ángel que también la quiso.
Te odio sombra de mi sombra adolescente
por no saber agarrarte fuerte a la rama del fluir de un subconsciente.
Tú que nunca me viste llorar y el miedo te hizo temblar
adoquines y mudas esferas. Al verla sufrir postrada
antes de arribar la noche debiste abrazarla sin pronunciarte.
Mientras aquella luz atravesaba el cristal de sus ojos de agua,
yo debía haber sucumbido con ella, maldito idiota
porque no habría llama que os separara ni espuma
ni sombra que se quemara corredera y desolada.

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Comentarios & Opiniones

Joelfortunato

Interesante es su agradable prosa con el manejo de sentimientos, recuerdos y justas descripciones. Un gusto leer sus mensajes de amor y bellas imágenes. Saludos y amistad le envío.

Critica: 
geniodulce2013

Bello poema , es muy diciente, las imágenes son muy sublimes y es importante recordar lo vivido, o lo que se esta viviendo y colocarle música..saludos gratos. y ole...

Critica: 
geniodulce2013

Estimado estoy esperando mas creaciones tuyas para deleitarme en tus escritos..

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