A nuestro propio daño
Si una vez llegados a la playa
-donde nos enfrentamos a esta amplitud del mar
y un cielo donde es imposible saber
en que lugar cae-
sentimos aún la angustia padecida
en la ciudad de la cárcel (la cárcel
de la ciudad); si esto nos sucede
¿Qué hacemos?
¿A dónde ir si el mar tampoco nos libera?
Si la angustia y ese miedo
que nos hace zozobrar día tras día
se encuentran apresados en nosotros
y no es producto del entorno, del paisaje exterior
puedes tú decirme:
"Estamos perdidos, no hay huida posible"
Vamos a luchar entonces para escapar
de nosotros mismos, del daño
que nos surge de dentro
Olvidémonos
Inventemos algo a cambio
Que eso que duele tanto no sea al fin de todo
lo único que maneje nuestros designios
Quiero andar toda la noche -y la siguiente, las futuras-
junto a las olas, orando por una playa interminable
Comentarios & Opiniones
¿A dónde ir si el mar tampoco nos libera?
Olvidémonos
Inventemos algo a cambio
Buen escrito nos presentas, grata lectura, saludos.
Muchas gracias María Cruz. Saludos.