EXPERIENCE THAT COLD
Frío, aquel que venda cada capa de los huesos,
cuando el corazón se ha roto.
Frío, ese frío que suele anclar sin piedad y sumergir
el mundo que desalmado grita.
¿Qué tan fiel es su verdad?
La que arrasa el cielo y se desploma con vigor en el
corazón de cada ser.
Muéstrame ahora ese frío acusador, que sin recelo,
golpea sonriente la mente aguda que sufre su espacio.
Ese frío que se retuerce ante la búsqueda intensa
de una mínima pizca de querencia,
de esperanza, de sueños.
Ese frío que se ha de ver fuerte,
pero que bien sabe, condena el fuego
que obtendría sin cuidado, opacarle y dañarle.
Frío, el que teme ser roto y aun así lastima.
Frío, que se envuelve en sí mismo para conmover
su propio destino, su propia pena.
El mismo sentir que abarca al hombre día y noche,
cómo a un infante herido y débil.
En su llanto refleja la soledad de su alma,
el frío de su corazón,
la inquietud de su cuerpo.
Frío, el que grita ahogado su amor,
y agobiado toma en brazos un cuerpo enfermo.