Obscuridad
poema de Eusebio García-Gasco

Una obscuridad agridulce me acoge.
No anima ni a la vida ni a la muerte
en su fresco y ligero abrazo suavemente.
Hay un silencio que ni vive ni muere.
Algunos flaxes de tu recuerdo han venido
entre esa laxitud que me envuelve
pero sin más de la mente se han ido.
Solo queda la obscuridad que resplandece.