Dolores y el viento

(Encargo)
De entre el polvo surge tu amante, prístino, insospechadamente blanco,
ángel sin alas, rostro perdido en el último pliegue antes de ser dibujado;
ojos de agua, mirada de acero. Y tú vas.
Te me escapas de las manos como un pez que coletea, y yo dejo
a mis manos desnudas, llorando a un metro de esta tierra ingrata
mientras mi sombra oscila perdida sobre la arena de un desierto
que ahora no conozco. Despareces con él para arriesgar una aventura
de corazón con corazón en un mundo alterno,
quebrado el mío, por donde escapan las gotas de sangre
que guardaba para ti. Siempre seguiste la senda de los nuevos amantes.
Por esto te escapas tantas veces de noche, mientras uno duerme feliz
por el sabor de tus besos, la fina y delicada piel que atrapa
mas luego se suelta. No te aguardaré más.