Como los pájaros son ciegos

Subiremos en una carroza roja,
vestidos de negro, encendidos
de alcohol,
y cuando el cielo se parta en dos
como siempre se ha dicho,
nos dejaremos caer silenciosamente
porque el universo debe ser mudo
como los pájaros son ciegos
y los elefantes fríos.
yo te ayudare a caminar
animare tus tobillos con una canción
de manos, de cuerda, de hilos
la calle se hará estrecha
y los muros tiernos y felinos
se apartaran
de tu habitación oscura,
de una televisión
que como una rata te mordisquea
te come el pelo, afila tu dedos
y el sueño no viene
se aparece entre las sabanas
entre tus ojos baldíos,
llenos de furia aveces,
de heridas
y oigo tus pasos en la noche,
como un fantasma en su sitio,
te he ido a buscar,
a traerte furioso y triste animal a la guarida
hecha de ranas y juncos
bordeada de contornos,
en medio de un campo de trigo.
Si el sueño no viniera,
si la noche no te avisara
si mis oídos no te oyeran
no te apures tú,
me sentare a tu cabecera
y tú me contaras la historia
que de niño visitaste el zoo de Madrid
y que la tristeza de los monos enjaulados
te entristeció y limpio tus oídos
Y así entre los dos traeremos el sueño
ese borrico testarudo, y una vez
que se haga doblegar, vencido,
entre las sabanas se ha de asomar el sueño
como el agua,
que bebes, medicina virulenta
que vuela en tu vientre
y resuena en tu vejiga,
no es el cuerpo lo que muere
son las palabras que la incitan.
En el balcón te he visto, enero de ahora
nada revestido y tú me has dicho
que brotes de primavera
en las ramas has visto.
Oh jardinero, granjero
turbio andador, encendido pasajero
que el cuerpo no te duela,
que tus manos te obedezcan
hoy tienes una sonrisa buena
por tu propia mano dibujada
como una hogaza de pan
que te alimenta.
que solo alimenta