Cuento infantil (parte1)

Érase una ves, la palomilla de nińos, si ellos tan inocentes, solían ir al parque cuando en aquellos tiempos solía ser menos deprimente, saliendo de la escuela, tal como la hora del te en Londres. Corríamos dirigiéndonos al norte? No lo sé de cierto, pero la verdad de todo,esa niñez nunca se olvida, marcó mi vida, marcó la vida de aquellos niños ahora adultos. Que recuerdos, escuchen esto, éramos dueños del mundo! Literariamente, nada nos detenía, no pasaba el tiempo, y pasaba de prisa. Tardes de diversión.

Cantábamos en coro, nos abrazábamos, sonreíamos como locos, nos burlábamos del jardinero, y en esa fuente de patos, fue por mucho tiempo la bańera, como nos divertíamos, como se encabronaba el jardinero, pero les aseguró, el sentía ese sentimiento interno, de querer ser niño. Seguíamos nuestro rumbo siempre, corríamos, niña el que llegue al último decíamos, en coro le llamábamos niña, y también peleábamos por nada, esa niñez, bendita fue, amigos que por siempre quedan.

De pronto llegas al punto de llegada, y por que no decirlo de partida, cada quien con atinada sabiduría, teníamos columpios apartados, así, si éramos también dueños del parque, ese parque que sí hablará, nos llamaría a todos, e incluso a los que ya no están, si, nos llamaría. Sombras quedan de aquel ayer, pero sé, que mis amigos me recuerdan, como yo lo hago constantemente. Ese parque, de recuerdos vive.