Adiós

Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta porque me encuentro unido a toda la humanidad;
Por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.

John Donne.

Adiós

El suave poniente
Dibuja el oscuro dolor
De la lejana belleza
En la tenue flor.
¿Quién nos puede enseñar,
En el ahora,
Los tediosos secretos de amar?
Ella se arrodillo ante
El espumoso mar
Bajo el brillo
De una luna nupcial.
En el cielo,
Silenciosas palabras
De infinitas estrellas
Rosan las rosadas mejillas
De la poetisa muerta.
Sos tan solo anhelo,
Te atreves
A besas por última vez
El cofre de los recuerdos.
(Aquel ángel siniestro
Será su único testigo)
Sentís penetrar
Dentro de tu alma
Las tiernas caricias
Del tiempo,
Él es el único
Viejo maestro
Que nos puede enseñar
El arte del olvido.
Miras el ocaso
Y el miedo se desvanece;
El mañana crece
Dentro de tus ojos negros.
En el eterno final de la noche,
Tu cisne rojo
Se abraza con el ayer.
Y el fuego de tu deseo
Renace
Junto al amanecer.