Abócate al infierno

Córtate las venas,
vomita tus entrañas,
revuélcate en estiércol,
y muere de dolor,
que nada duele tanto
que un alma cuando extraña,
y no hay nada más bajo,
que sufrir por un amor.

Arrójate del cielo,
reviéntate los sesos,
toma esos cócteles
de pastillas y licor
que más absurdo siempre
será morir por unos besos
que en tu boca quedan presos
de un tonto desamor.

Abócate al infierno,
y goza de su espanto,
arrastra las cadenas,
y ríe al arder,
que nada quema tanto
que el ácido del llanto,
y todos los quebrantos
que causa una mujer.

Arráncate los ojos,
y sangra por sus cuencas,
entrégate al delirio,
y vive enajenado,
que no hay peor martirio,
que alguien se de cuenta
tu estúpida manía
de estar enamorado.

Pablo Berkell
(El poeta maldito )