Llovía a caudales,
no sólo del cielo,
también de sus zafiros.
Sin rumbo, sin destino.
A merced del viento, a costa del frío,
Cada paso una mirada perdida.
En sus ojos se veía algo tan hermoso
que siempre asustaba.
Lo misterioso siempre llenará una sonrisa.
Comentarios & Opiniones
Acantaros tus letras se lucen, felicitaciones querido Sinrostro y un fraternal abrazo!!
Agradable y de interesantes ideas y sentimientos en su base creativa. Grato es leer su obra. ¡ Felices fiestas y Año Nuevo !. Reciba mis saludos y amistad.