El árbol de Ernesto

poema de Silvia

Desistir ese esplendor que en otros veía
Había manos majestuosas, pero sin embargo también garras que lastimaban
Ernesto se refugiaba con seis años para siete en berta una especie de madre
Nacida del mismo despojo que trae un trono de pobres,
De un pueblo de hambre y dolor
No había caricias, tampoco buenos ejemplos.

Solo el desgarre de la calle y dominar el momento eran su día a día
No había tesoros sordos para volver a empezar
No había arte alguna para poder atesorar
No había piedad en las calles, no había escalonados mártires, tampoco victimas al paso
Sus sonrisas igual pintaban, sus esperanzas en los ojos, creyendo, sabiendo esperar su turno.
Ernesto juntaba cartones y tenía una carita sucia de tiempo de amor
Y un cachete tibio rosadito de sol.

Los mortales creemos que tenemos inmortalidad al tener una casa, un auto, comodidades y hasta dejamos muchas veces la familia de lado por lo material.
Sin embargo, como pájaro con sed. Ernesto sabía dónde estaba su lugar.
Lo aceptaba.
Lo intuía, se coronaba rey.
En un terrestre esplendor jugaba su inocente nacimiento.
Había algo que perturbaba a Ernesto.
porque lo veía sencillo, algo chiquito como su cuerpito.
sentía que podía conseguir algo que anhela.
Y pregunto
¿berta porque no tenemos arbolito?
Berta con lágrimas escondidas, sonríe y suspira
y un sonido de viento hace que lo tome a Ernesto de la mano y salga rápido.

Dentro de ella decía para sí misma…
¡Ayúdame dios! ayúdame dios!
Berta no quería que Ernesto pierda las esperanzas.

Al instante llega a un lugar que no sabía que existía.
La verdad que fue mágico, era un lugar abierto con césped y plantas
Había un árbol tan gigante que parecía pintar el cielo de verde mirando desde abajo.
Tambaleo su voz…
este es tu árbol Ernesto este.
Él niño se reía inocente, pero nunca dudaba de berta.

Con afán gravoso, saltando y jugando los dos, empezaron a crear guirnaldas y caritas felices con cartón.
Las calles empezaban a estar silenciosas con un aumento de ruidos externos
De explosiones y ruido de fiesta.
Un perro con la misma suerte se acurruco con ellos.

Ellos dos solos, debajo del árbol y el semáforo que guiñaba un ojo y jugaba con Ernesto.
Por las casas había ruidos de familias juntas,
” Las familias” esperanza del corazón latiendo por juntarse y vivir la noche buena.
Como esperando un santo por venir.
Las familias esperan algo que las haga creer que hay mucho más que una cena.
Sin embargo, Las noches para Ernesto siempre y cuando encontraran donde dormir, se convertían en” noches buenas”
Ernesto no esperaba nada, solo jugar y ver la vida con su mayor esplendor.

Se quedaron dormidos con un alma sin ambiciones
Con las ganas de pájaros en vuelo
Demolidos pero juntos
Como un templo de dos.
Como dos granos de arena en semejante universo.

Amanece y un rayito de sol toca la mejilla de Ernesto y lo despierta.

Y ve al instante unos paquetes
¡Mama berta! ¡Grito Ernesto!
Berta se despierta
¿Son regalos?
No lo toques…
El corazón de Ernesto se detuvo.
Al instante una voz en una rama sentado allí un hombre
Con su barba y con sus ojos de palomas
Y su mirada era como mil caballos al galope
¡Son tuyos tómalos!
Berta dice
¿qué quiere del niño¬?
¿Quién es usted, como se llama?
Mi nombre es Jesús y andaba por aquí y quise traer estos regalos.
¿Ves aquel camino¬¬? allí tendrás una casa para ti y para el niño
Es especial para los dos. Allí los están esperando…
¿Que? Berta no cree nada.
¿Y porque lo harías?
Porque eres esa niña que como Ernesto jamás perdieron la fe.
Y si hablo de fe, es porque está faltando y en ustedes encontré este volver a nacer

Y nunca deseaste algún mal a nadie.
A veces insultas un poco, pero bueno,
Yo también lo hago.
¿Jesús? dice Ernesto
Le podrías decir a mama que está en el cielo, que hoy fue la navidad más hermosa del mundo
Si dijo Jesús
Ella sabe que estoy aquí…
Ernesto aprende mucho, se buen niño y se muy buen hombre.
¿Pero sabes que quiero de ti?
¿Qué junte cartones dice Ernesto?
Jesús sonríe
Eso se acabará pronto dice Jesús
Quiero que te acuerdes de no perder ese niño que está dentro de ti
Cuídalo siempre y amalo hasta que vuelvas a verme.

Comentarios & Opiniones

Jesús Ángel

Muy bonito con fondo y elaborado Silvia , podrías dedicarte a escribir novela .
Salud , paz y bien hasta Argentina .

Cuídate .

Critica: 
Silvia

Jesús gracias !
Un gran abrazo!

Critica: 
Japi

Oh! Que grande eres Silvi, bonita y bonita historia, me superencantó, que guay

Critica: 
abora

Que hermosura Silvia, me ha emocionado, posees una sensibilidad única, tus palabras tocan el alma, estás bendecida. " Las noches para Ernesto siempre y cuando encontraran donde dormir, se convertían en” noches buenas” esta frase toca el corazón

Critica: 
Silvia

Oh! Dios gracias amigos,abora y japi! Me impulsan a seguir
Besos .

Critica: 
Xio

Tierna, conmovedora, alucinante obra, un pasaje de lo que es la humidad, la nobleza del corazón, la conformidad sin ambiciones, el agradecimiento de los que nada tienen, divina historia, un abrazo grande mi querida amiga, besos.

Critica: 
Silvia

xio! Amiga querida! A veces soy intensa y me escribio todo
Ajaa ! Besos y que estés muy pero muy bien.gracias!

Critica: