Sin voz

Siento que estoy perdida en la inmensidad del espacio,
en la transgresión del cosmos,
mis letras sobrevuelan el firmamento del más allá.

Quisiera encallar en las arenas,
sombras rompientes de una caravana medieval.
Lanzar el albatros suspendido entre el piélago.
Gemir, ronronear, exhalar el céfiro en estos labios de mundos astrolopitecus.

¿Adonde iré cuando el submundo fragmente las penúltimas alegorías?
¿Adonde he de escapar al dosificar las multitudes de ornamentos que un día, vislumbraron mis ojos?
¡Desdichada Silvestre! el árbol con sus regazos extendidos viene a resquebrajar tu alma sin referencia de algún amor forastero.