Retículi en Centaury

poema de San Brendano

Alpha: (—Anota, Sarah, las siguientes ecuaciones. ¡Oh, profeta mia, mira mí corazón desgarrado ante la destrucción de mis criaturas. ¡Anota, anota! Violinista ecunda la doble cuerda, toca melancólicamente cada estrofa que te diré. «Hace diez años, cuando el monstruo del Evangelismo, cruzo nuestras puertas millones de Argoreanas fueron destruidas por sus palabras, cuando Eulalia, la muerte, creo el caos de la destrucción y Napsgea Anagenesis surgió, una nueva cadena evolutiva tomo el lugar de mis hijas. Epigenesis, tomó su día, y la noche tomo los latidos de la oscuridad. En la torre más alta de Akenaton, se escuchó el voltio de los dioses inmortales, y Argorea cruzó el archipiélago de los lamentados, y la ecuación fue Alpha √¥€¢23. ¡Escribe, escribe! Que se oigan los lamentos de mí pueblo, que esa historia se grabé, cómo cuando destruyeron a los pueblos de los Incas, mí civilización sobrevivió en otro mundo, escribiendo la victoria sobre la muerte y la contienda y que nosotras ya no somos Tierra domesticada sino vírgenes guerreras. ¡Oh,Eli! ¡Eli, Eli, Eli, lama sabactini! Esos fueron mis gritos, ¡No, espera, el de mis creaciones, al ver la nada y el caos que ocurrió, se postraron en Tierra, desgarraron sus vestiduras y pusieron cenizas en su cabeza. Y gritaron;(—¡Apea, Madre, Apea, ¿que nos has hecho? Madre Silvestre, Madre Silvia, Silvana, ¿Que hemos hecho? ¡Y en tus manos, oh, virgen madre, depositabamos nuestro espíritu! Arre, arre, oh, mal, ¡Contagiate!
Y el profeta Asgardi escribió: (...De dos mil mundos y uno solo quedó un solo sistema solar llamado Centaury, que cruzó la línea de la muerte y sobrevivió, pero la belleza de las Argoreanas se vio diezmado, y los Anunaki tuvieron que darles nuevas armas de batalla. En su mente, se transcribieron los mapas estelares, de civilizaciones antiguas, de mundos antiguos, de tiempos lejanos, y Asgardi, escribe esta promesa hecha a su pueblo que cuando desciendan los nuevos mundos de la pureza y ya no se emborrachen con falsos ídolos Silvestre morará en sus corazones como fuerza en su diestra. ¡Así que descansad, Oh, Argorea, descansad, descansad en un manto de paz y resignación. Porqué tu Dios no te ha abandonado, solo se esconde como se esconde el bebé en el seno de la madre. Descansad, oh, Cipris, que el amuleto de los días y la señal del amigo no luce extraño. «Solo mí corazón piensa en los niños y en las mujeres que abortaron los hijos de Argorea me suplican con sus sangre a Tierra que tenga misericordia...) Y Sarah, escribió lo que dijo el profeta y en su nota quedaba el llanto de mil mundos adorados por los mundos de Sirio y Carmina Nostralus...

Comentarios & Opiniones

abora

¡Brutal!, tú relato es genial, es un universo bien estructurado, que nace en ls antiguas civilizaciones que existían antes de la vida y son desplazadas por nuevas que surgen. Al más puro estilo Star Gate. Mis felicitaciones

Critica: