El ángel maldito

poema de Silvestre

Basado en alguién anonimo.

¿Qué es un ángel?
Un imitador del fratacho.
¿Qué es un ángel?
Un perpetrador cegador como ninguno.
¿Qué es un ángel?
Un mohíno engaño, un solsticio denotado.
¿Qué es un ángel?
Un sueño, una alucinación, las voces a través del espejo.
Athena habita ahí, como un mimo, se disfraza.
Ella carcajea, le oigo burlarse, yo me siento a penar.
¿Qué es un ángel?
Una oración de octogenarios.
¿Qué es un ángel?
Un niño que jamás hablara.
¿Qué es un ángel?
Una mujer sin velo.
¿Qué es un ángel?
Una mueca desganada, una gota de roció.
¿Qué es un ángel?
Un bobo, un tonto y sus perdices, materia fecal.
¿Qué es un ángel?
¡¿No lo ves?! ¡Mocoso ingenuo!
¿Qué es un ángel?
Alguién roñoso, un pelicano sin voz.
¿Qué es un ángel?
Nada, cofradías, vanguardias, rúnicas, piedras de alfeizar.
¿Qué es un ángel?
Rastro de migas, sueños encarcelados en un ostión.
¿Qué es un ángel?
Un mocoso idílico donde otros personifican una estola rota.

― ¿Qué es un ángel?― Juan Manuel me observa. Un chupetín flota entre sus labios de once años. Yo, leyendo una página negra, tengo los codos apoyados sobre la mesa de estar.
Le divisó, mis ojos azules atónicos, le repelen:
― ¿Sabes que es un ángel?

Él niega con su cabeza desconocer esa definición.

Me levanto, camino unos pasos alrededor suyo, sonrió y Juan Manuel suspira lleno de curiosos reproches. Anhela saber el fundamento que conlleva descifrar el principio del universo mismo.

―Un ángel...es...eres tú, cuando extravías las esperanzas y comprendes que nada o nadie viene de regalo, sin omitir una palabra a ciegas. Ellos no existen, Dios pertenece a la fantasía, no le reconoces, le odio y Juan: también perderás la devoción un día.

Él se frota sus tiernos ojitos llenos de lagañas y ríe con una contagiosa risilla:
―Lo sé, Tía. El engaño es producto de las mentes más atractivas que nunca han existido.

Yo me vuelvo paranoica: ¡qué listo es éste muchacho!