Dios, mi amor

poema de Silvestre

Que no se diga más de mi apremio mi querido Dios
Porque te amo y te he amado
Porque te sigo y no te escondes
Me llamas tu joya y no te sonrojas
¿Dios, como no te sonrojas?
Estoy loca por ti desde que he leído esos libros en los cuales bajas de tu escalera real para juzgar
Para alzarnos en tus piernas
Y ahí, claudicar
Verano mio
Amor mio
Señor mio
Amor imposible mio...
Veme a los ojos
Abrázame
Quédate atrás Dios mio
Y luego, juzgame...