Athena y el Capellán (a quién llaman la máscara roja)

poema de San Brendano

Dedicado a mi Presbiteriano anonimo

¿Sabéis lo que pensaba ayer? Que estaría bien que existiese un rito que sacralizase el hecho de pasar de año. Se me ocurría que sería interesante que hubiera una puerta que se abriese solemnemente al pasar de año, en esa misma noche. Una puerta que fuera símbolo de que ella concede a la Humanidad un año más.

-F.C-

Gracias por inspirarme. Mini-historia.

Una ráfaga del norte, sopla.
Los acantilados inundan la tierra con bestias marinas.
El fino estandarte que brilla como oro fulgurante en las mezquitas y chapiteles.
Las penumbras recubren un solsticio de primavera, en sus abovedados cielos, despojados de Supernovas y Astros etimológicos, vaticinan un encuentro mortífero entre Lunas cercenadas.

Más allá del primer universo y los submundos que agrupan las serpenteantes olas, Toda constelación azul se inmiscuye en resplandores y agujeros negros que revierten el cinturón de Orión.
Al menos, eso es, lo que este Sacristán benévolo píensa, cuando avista el infinito con el rabillo del ojo.

La blanca espesura del mar genérico, centra en medio de aquellos acantilados parajes noctámbulos, una esfinge que él conoce muy bien:
Esta mutilada en sus extremos, cara y nariz lucen desfiguradas, el pecho tajado y el vientre plano, obtuso, simula una sinfonía rota.

Su estructura caolína, repujada en sus parapetes, le hacen sentir una quisquillosa alegría morbosa. ¡Si tan solo la bellísima emperatriz tuviera vida! ¡Si pudiera tullir en el corazón un sollozo para suscitar una plegaria! ¡Reconquistar la gentil substancia que alimenta un congojado latir!

Él, se inquiere con tristeza rebasando sus pupilas negruzcas. — ¿Me amaría como yo a ella? ¿Sí le ofreciera el suspiro heroico entre sus tupidos labios sin color?

Y en paz, contempla su biblioteca de orígenes antiquísimos. Esas bibliografías huecas y de hermosas caligrafías petrificadas en los papeles de gamas lacticíneas. Su mismo taller de gramática y lingüística a un lado suyo, le espera. El ajetreado techo de rusticas vigas sobreponiéndose al contraste intrínseco de la habitación sombría. Un mesón con tinta y jilguero y a su alrededor, las enciclopedias de anchísimos tomos que le sirven como guía.

Este capellán ama su minúsculo espacio. El farol iluminando la antesala, los esplendorosos ventanales que descollan sus pictografías en la catedral gótica. Todo en él: es perfección bohemia.

Retomando sus insinuaciones reflexivas, leyendo el último tomo de una seguidilla de libros eclesiásticos, no puede dejar de pensar en esa mujer andrógina y sus curvas de ascendencia griega. Estaba combatiendo una guerra interna, las filas enemigas y el regimiento que actuaba para repeler sus ataques, le confundían de sobremanera. Tenía un presentimiento atroz menguando su espíritu, algo no premeditado iba a ocurrir.

—Athena— dijo en plena ensoñación mental. — Arquétipo de beldades y semireinas bendiciendo este calabozo que centellea cuando tú estas junto a mí. — el cura tomo asiento y agradeció en su confinamiento, mientras, repasaba las cuencas de su rosario el beneplácito don de haber sido elegido para aquella misión hostil de ángeles y demonios.

—No debería coaccionar mis pensamientos con tus curvas de platino. Éso, no es lo correcto para un Padre casado con su religión. — expreso al fin, y continúo su interrumpido soliloquio entre las paredes de sólida caliza. Ninguna otra voz se oyó.

Comentarios & Opiniones

San Brendano

C.G: Gracias, siempre tan gentil. Disculpa si hallaste algun error ortografico o algo, muchas gracias x pasarte.

Critica: 
Luis Rodríguez Cantarero

Es muy bonito como escribes, la fotografia es espectacúlar. Me ha encantado leerte.

Critica: 
ELVIRA COLQUI

lindo poema silvestre hermosas imagenes

Critica: 
Jaiah

Lindo poema amiga poetisa felicidades *****************
—No debería coaccionar mis pensamientos con tus curvas de platino. Éso, no es lo correcto para un Padre casado con su religión. — expreso al fin, y continúo su interrumpido soliloquio entre las

Critica: 
cayendo como las hojas

Mi respeto y admiración, no puede decir más por su obra,
por su dedicación y por el esfuerzo y sensibilidad que
trasmite en sus lectores. !gracias!

Critica: 
San Brendano

eternas gracias

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