Angeliqué huye

poema de San Brendano

Mini historia dedicada a una madre que perdío a su hija, el relato esta compuesto en forma de prosa.

De cuclillas percibiendo la nieve virgen bajo sus pies,
en señal de respeto y sumisión al percibir aquél soliloquio fúnebre,
acaricia con sus verberados muñones de esqueléticas articulaciones
el tesoro diurno que más celo en vida.
El salvador pernoctado en otra sombra diferente,
cubierto en telas de frisélinas rojas e incandescentes
impertérrito, emula, las palabras en sus oídos purpúreos.
La caravana de comuniones sancristianas,
transporta en sedas y velos luminosos, cortejado por las bestias de carga
a un moribundo que nunca tuvo amor por las obsidianas estrellas.
Ya que vivo, detestaba las libidinosas esfinges.
Aborrecía el degustar de sabios dátiles que burbujeaban en sus comisuras,
y la transparencia de esas orbes verídicas le resultaba agraviantes.
Le mandaban a llamar cuando él, infranqueable, describía en sus predilectas fantasías
el universo encarnado en una pintura hecha a óleo, siempre oculta a la fascinación de los demás.
El familiar recinto que esta noche se conglomera a las puertas de aquél panteón mortecino,
ansia olvidar por un minúsculo instante el confrontamiento mortal que esas familias, antaño, se juraron.
Y entonces en un deja vu inesperado y fascinante, Angelique vaticina en su mente un recuerdo muy lejano.
El rosario de adoquín falseable entre sus cuencas salta del cordón bendito y pareciera al mismo tiempo,
haber sido abstraído del oscuro lecho que rememora al viejo artista.
El pensamiento enamorado, soñador, flota.
Envuelto en humo disipado se alinea con el cosmos,
la materia corpórea se resiente y toma lugar el espíritu verdadero.
Angelique mira por el rabillo del ojo a Mara, su hija.
Como era en aquellas épocas tan espontánea y llena de sueños
el azul centinela brillaba en sus inocentes aguaceras,
las mejillas perfectamente asentadas en sus finos rasgos, le brindaban una juventud única.
El antiguo pincel dibujaba los contornos en el cuadro y a ella le encantaba esa tarea emplearla para su beneficio.
Triste Angelique, ¡cómo lloras! ¡La verdadera Mara esta frente a tí y sonríe como esa ultima vez!
¡No esta muerta en el cajón y el cortejo fúnebre no le despide! ¡El sacerdote y los monaguillos no piden su absolución ante Dios!
¡Es un ángel sin maquillaje de falsos artilugios cubrirle el rostro! ¡Respirá y piensa en un mañana próximo y esperanzador!
Te acercas a ella con vigilia para no asustarla y evitar despertar de esa tierna alucinación, le tocas despacio el hombro. Mara aunque asustada y confusa y con cierto enfado en su mirada rié. ¡Cómo le extrañabas! ¡Su sonrisa un hermoso poema! es tu hija, ¡la niña de siempre! y vuelves a llorar de emoción.
—Pero Madre, ¿qué sucede? — pregunta ella sin dejar de sonreír.— ¡Ni que hubieras visto un fantasma!— coloca su pincel sobre la mesa y le observa con picardía.
Angelique quiere decirle tantas cosas, y su mente esta en blanco no puede asimilarlo. Mara, se adelanta y creé adivinar su preocupación le muestra su más reciente obra en el cuadro allí proyectado con acrílicos, de múltiples colores:
—¿Te gusta mamá? tengo planeado presentarlo en la reunión de artistas, la semana entrante. Es mi mayor anhelo plasmado en este papel. Tomo muchísimo tiempo acabarlo correctamente. ¿Sabés?, no quiero confiárselo a cualquiera, y tú, eres mi única amiga de verdad, así que te lo daré en cuanto llegue el momento. Los demás pintores lo arruinarían o no le tomarían importancia, porque creerán en su mediocridad y no en su real belleza. Te lo suplico no me falles. — Mara dio vuelta su pupitre y continúo el trabajo irrumpido con mayor ímpetu que antes. La felicidad en su cara era notable. Era realmente una soñadora tenaz.
Angelique, su madre, apenas asintió. Con sus ojos empapados en lágrimas juro falsamente cuidar su más querida obra. La proyección mental empezaba a menguar y de a poco, aquella imagen, iba en declive y desaparecía. Lo último que vio fue a Mara reírse de sus pensamientos acerca de esa rudimentaria y bella pintura que no era de lo mejor para su entorno artístico y aún así era lo que más cuido en vida. Su obra final.
Angelique reacciono, su hijo menor le transmitió su preocupación al verla abstraída del funeral. Era hora de seguir el carro negro y ya estaban retrasados, ella le pidió un momento para asimilar la situación y él accedió.
Sostuvo entre sus manos el relicario y pensó un instante en aquel cuadro que ella había regalado cuando Mara estaba enferma. Simplemente no le había tomado importancia, lo consideraba innecesario e ilegible, un absurdo capricho más de ella que pronto olvidaría.
Pero no fue como pensó, Mara se enfermo de muerte y a pesar de los continuos tratamientos que le hacían mejorar ella volvía a caer en una pena de martirio y era inevitable encontrarla llorando en su habitación inquiriendo por su viejo cuadro.
Angelique no le prestaba atención, ya lo iba a dejar atrás, eso le decían todos incluso su doctor. Y los meses pasaron rápidamente hasta que al final el espíritu lóbrego e inocente de Mara dijo basta.
Cuando el carro pasó frente a sus ojos y Mara fue enterrada en su último lugar para descansar eternamente, ella, volvió a su casa, y encontró en el antiguo mesón donde su hija pintaba un sobre con algo dentro.
Se sintió extraña y abrió el paquete que a simple vista parecía ordinario pero le llamaba la atención, y apenas lo hizo rompió a llorar nuevamente. Era el cuadro en miniatura que Mara había hecho aquella tarde observado el horizonte y completamente entregada a su inspiración creativa.
No lo podía entender ¿porqué estaba allí si lo había vendido hace mucho a un coleccionista de antigüedades? Al dorso del paquete había una inscripción, lo leyó con jubilo: "(Disculpe, pero no puedo conservar esto. Anoche tuve un sueño y su hija Mara era la protagonista. Estaba envuelta en llamas, y me suplicaba como favor devolver el cuadro a su casa, o si no jamás iba a descansar en paz y no partiría al cielo. Le agradezco el regalo, pero es mejor devolverlo a su lugar de origen, muchas gracias)".
Angelique rompió el otro paquete que era más alto que el anterior y comprobó el contenido. El cuadro allí estaba y la pintura se trataba de una mujer muy hermosa, de ojos azules y piel blanca, su fisonomía era sencilla, sin atributos.
A Angelique le asombro contemplar esa fotografía algo carcomida en los costados por el mal ensamblamiento y los golpes que se vislumbraron en un lado de esté ¿Quién era esa mujer?, de pronto, recordó el viejo anotador donde Mara escribía sus anotaciones y lo busco en cada cajón hasta hallarlo.
Era blanco, pequeño y tenía una inscripción en su interior, Angelique lo leyó presurosa:
*Es Silvestre, sonora y triste*
*se revistió con el manto de la dusta mortalidad
y vino a buscarme en estos avernos.
Juntos al final
nos reunimos en este infierno y la espera es más hermosa.*
Angelique rié, esa imagen corroída tenia un nombre. Y ella lo abraza contra su pecho, en honor de su hija, que le devolvió la esperanza y el perdón.

Comentarios & Opiniones

El poeta de la palabra

historia llena de palabras que salen del alma.....te felicito poeta..un poema lleno de emociones...estrellas para ti

Critica: 
ELVIRA COLQUI

un poema lindo tan emotivo

Critica: 
San Brendano

Gracias!!!

Critica: 
Maximilian

Uno de mis poemas favoritos

Critica: 
San Brendano

Muchas gracias a todos!!!

Critica: 
Omar Ramón Adjunta

Tan hermoso como emotivo tu relato gracias por compartirlo un placer leerte saludos cordiales.

Critica: 
Nancy

Muy linda tu obra, me gustó.
Te envio todas las estrellas y ya no estés triste.
Realmente tienes talento.
Saludos.

Critica: 
Sergio

silvestre!,estaba tan compenetrado en tu hermosa obra que me dije Wawo!, es increíble lo que hacen las letras.

Critica: 
Jaiah

Hermoso poema amiga poetisa...

Estrellas****************
Angelique rié, esa imagen corroída tenia un nombre. Y ella lo abraza contra su pecho, en honor de su hija, que le devolvió la esperanza y el perdón.

Abrazo,
Jaiah

Critica: 
San Brendano

Eternos abrazos a todos..!!

Critica: 
Orlando Silva

Muy bueno, mientras mas lo leía se siente como estar ansioso de lo que vendrá, mantiene a uno en expectativa, excelente silvestre, muchos éxitos estrellas para ti, Dios te bendiga....

Critica: 
San Brendano

eternas gracias

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