Anaxágoras

poema de San Brendano

Anaxágoras
 
—De un viento sin aire, nació un cuervo.
De un soplo sin corazón, brotó una semilla. 
No había oxígeno.
Pero había hidrógeno
Lo suficiente para hacer que el Fénix viva.
Saliendo de su colcha, el pájaro Anaxágoras, canta, no tiene voz. Pero su mente habla. Es tan oscuro como la misma tempestad de los Cuervos. Dónde hay sangre, el pájaro, pasa a través de las entrañas. Semejante bicho, posa sus garras, en mi tórax, me quedó sin aire pero necesitó volar hacia mi entierro. 
Eulalia, con su voz, me llama. 
Me guía alrededor del caldero.
Mientras en mí, suceden dos transformaciones.
La primera es el pájaro.
A quién oigo cantar.
Amiga de los locos a quién oigo hablar.
La segunda es el Fénix, qué nace de un huevo.
Y tiene dos mutilaciones.
Su primera fase es la del Etegrado.
Su segunda fase es la del plebiscito 
El olor a cigarro hace nacer al pájaro.
La fiebre de la piel y las cicatrices, le dan su aroma.
Es una niña pero es más fuerte qué las llamas. 
Lo que hiere, le da a su inmortalidad zona el toque de lo fúnebre.
Y el cementerio de las rosas
Lo apuñala
El dolor es inaudito.
El cerro es irrompible
El ceño es inamovible.
Su gracia es total.
El pájaro Anaxágoras, vive en un caldo de ventiscas aéreas.
Y yo, le doy su palabra
(Orogénesis)
¡Ah, pájaro, nace de entre los muertos!
¡Pájaro, rasga mi pulmón! 
¡Pájaro, dobla mi garganta!
¡Y haz que la Luna menguante tenga voz de muda!
Pájaro, pájaro, rompe mis dientes.
Pájaro, pájaro, mata a Phylum
Pájaro, pájaro, adora a las brazas del aire.
Es importante adorar el Fuego.
Y sanar lo indecible.
La Bruja, la Reina, el Fénix y la semilla.
Silvestre, Phylum, Anaxágoras y Palabrerian.
Semilla de semillas, pájaro de pájaros.
Voz de gritos
Pájaro enardecido.
Pájaro de sueños
Pájaro inmortal.
Pájaro de los cuentos.
Tú, me vuelves loca.
Naciendo en mis costillas.
Hablando en mi cabeza.
Anudando mis cuerdas vocales.
Pájaro Anaxágoras
¡Vive!
Que de tus cenizas salgan miles de pájaros más.
Que al enterrarme, la muerte no pueda herirte. Y que si algún Dios, te toca, que se muera al tocarte. 
Porqué sin aire, sin alma, sin voz, sin ojos y sin palabras, ardes como una estatua precolombina.
Y el sabor a muerte es delicioso, cuando escribes a punto de morir.
Cuando tus espaldas se activan, y tus alvéolos se secan, y tus óvulos son reflejos pálidos de lo qué  realmente eres.
Mientras el universo se consume.
Canta y su ecuación correcta, es el tronido de mi corazón.
Y mi razón a punto de morir. 
Sobre la escurridiza escarcha hay un huevo.

Naciendo, dentro de él, se halla Anaxágoras.
Progenitor o no progenitor
Anaxágoras, surge
Del mazo, como una corriente
Del pico y la belleza, renace.
—«Como una muda solitaria, escucha el son del abejorro»
Mi cuerpo, se verá incorrupto en la tumba.
De suprema capacidad, en el eco de los mundos, encuentro la pureza.
(Como trompetas de pelotón, surgiendo del caos esfenoidal, atravieso la corriente)
Debo aceptar qué moriré y no habrá felicidad en la simple sensación de la vida y la muerte. 
No veré a mi hija, corretear por los senderos y no hallare al Físico Alemán hablándome de la ecuación cuántica.
Todo deberá agonizar
Entre los mausoleos
Del oscuro despertar
Adonde veo...