Adiós

poema de Silvestre

No tengo otra definición más sensible y premuríca qué esta:
"La ofensa es un daño que no codificado, arrastra vidas"

Estoy loca, rimbombante, alucinada.
Solo escucho visiones y ellas me taladran.
Me muero y es un estigma inadmisible para esta feroz luchadora.
¿Pelar, derramar lágrimas, valen la pena ahora?

No señor Dios, estoy cansada de oír solo reproches.
Me hice una promesa a mi misma y esa fue:
Nunca devolverte la libertad a cambio.