ATARAXIA

Emprendo mi huida de la tierra de los humanos,
Empiezo mi viaje de regreso al lugar de donde vengo;
Las constelaciones me convencen en no dejar de brillar
Y su armonía oscila de oreja a oreja.

No habrá moraleja ni montaje escénico para alejarme de aquí,
Solo dejaré mis huellas en las pequeñas almas que me rodearon esos días de tormenta.
Dejo la piedrita de alegría por si alguien más quiere huir conmigo...

Ataraxia, en otra galaxia nuestras desgracias no podrán llegar,
la pesadilla no será más que el recuerdo en donde estábamos juntos
En una noche de tertulia, en donde no adornamos nuestra velada con velas blancas,
sino con luciérnagas, para que estas decoraran el cielo celeste, ese cielo al que siempre queremos huir.

Si vienes conmigo te proclamaré como astro,
Y no dejaremos un rastro de estrellas fugaces,
Porque fugaz es el tiempo
Y yo solo sé que no hay pecado más sagrado que el de ver orbitar emociones de tu cósmico cuerpo.

Los ojos sonreían, al igual que nuestros corazones rotos
Y la luz que emana de Andrómeda
Nos guiará por ti, por mí y por todo el sistema solar.

Allí no oirás más tu lamento,
Sino que respirás paz detrás del lienzo que lleva pintado tu nombre, como amuleto,
Porque tú hiciste del silencio un instante perfecto;
Supiste engañar al mago, supiste domar al dragón y sin utilizar el mayor esfuerzo.

Eres templo rodeado de agua de manantial.
Eres beldad mucho antes que los seres divinos.
Eres huella en los cuerpos más radicales.
Eres legión más allá de las auroras boreales, más allá de los anchos mares.

No volverás a palidecer ni a retroceder por algún motivo ordinario,
No sufrirás más el calvario que deteriora tus labios,
Porque ahí ya serás el barro de un legendario alfarero,
Que con el fuego de un cometa, te hizo atravesar el universo entero.