Ese

poema de Sashiko

Ecos, como martillazos en la pared aledaña,
se ahogan y bailan en pedazos,
tristes y alegres.
Se enredan en las cuerdas del tiempo,
danzantes sin control
y vos sentado,
observando
y sin prisa.
El viento te abraza la espalda,
quebrada por el peso de la vida
y las heridas que aún sangran,
pero estás ahí sentado
observando
y sin prisa,
dejando que la espuma del mar te acaricie los pies.
Sin perder de vista el horizonte,
observas el sol colgando de un hilo fino.
El hilo se rompe,
desaparece el sol
y el telón se cierra.

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Gran escrito nos compartes, buen lenguaje y sentimiento. Saludos Sashiko

Critica: 
Sashiko

Muchas gracias, María Cruz!

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