laberinto

Y abrí los portones
hacia tu jardín
las paredes verdes
aroma de rosas
guiaban la ruta
tu ventana en luz
entré con cuidado
con cuidado subí
la puerta entreabierta
las ansias brotaban

Y allí esperando
en la cama desnuda
tus ojos candiles
estatua de flores
perla hermosa rosada
temblaba la culpa
éxtasis latía
tu olor me atraía
en tu piel me hundía
mi ser allí desvanecía

Y yo me adentraba
hacia tus lunares
tu vientre lamía
hasta el oásis
de agridulces licores
que mi sed saciaban
saciaban gemidos
entregando mi alma
ilusión renacida
congoja moría

Y allí despedazados
en dimensión sin tiempo
respiro de palabras
reanudaban el acto
una y otra vez
futuro sin retiro
el pasado despidiendo
el presente consumiendo
más un fino hilo de miedo
súbitamente acechaba

Y cerré mis ojos
luna al ventanal
lejano el camino
hasta los portones
como a la mitad de un laberinto
por veredas inciertas
neblina de un pasado me ataba
el cuerpo no reaccionaba
congelado por la angustia
deshabitado no hablaba

Y surgió entonces la pregunta
firme calmada
tu voz vuelve a despertarme
nuestro destino sufrido
tan esperado en el tiempo
tu mirada seria aguarda
retornando mi valor
no te iras, ¿verdad que no?
no me iré...
claro que no.