Y ella me calienta

Y ella siempre pensó que cuando yo hable de calentura jugaba con su mente, jugaba con su cuerpo, jugaba con su amor y me reía de la pasión. Sin embargo nada pudo ser más sincero que mirarla y decirle "me calientas, quiero culiarte toda la noche, quiero undir mi cuerpo en el tuyo y así sentir la humedad de tu concha cubriendo la humedad de mi glande hasta escurrir por el escroto y mimetizarse por el sudor de tu cuerpo, de mi cuerpo, de nuestros cuerpos"...
Y ella pensó que yo jugaba con las palabras. Más nunca hubo mentira en rodear su culo con mi mirada. Nunca hubo ficción en meter mi mano en sus tetas y poder sentir cuando su pezón cambiaba de textura, en sentir la carne de la aureola de su pezón antes tierna ahora dura y penetrante.
Nunca hubo ficción en posar la yema de mis dedos sobre su clítoris. Recuerdo abrir esa selva húmeda de bellos vaginales hasta descubrir la sensualidad de la champa chilena, para rodear en una danza de sensualidad y agresión la carne que escapa de sus labios vaginales. Recuerdo jugar con el clítoris. Recuerdo sentir como se comienza a humedecer por la excitación que escapaba de su pared vaginal. Y así, jadeando, desconcertada y ya caliente llevaría mis dedos lubricados de su sexo a mi boca, para humedecerlos con excesiva saliva, no sin antes hacer una parada en su boca y obligarla a chupar mis dedos húmedos con su pasión y lubricados ya con la pasión de mi boca. Intención el buscar sentirla vulnerada, el juego del abuso antes adentro ahora afuera y concertado sólo con la mirada de la pasión hecha carne viva, hecha fuego negro doliente de soles negros y furiosos. Volviendo a su clítoris lo olvidaría como un trozo de carne ya mascada, introduciendo primero un dedo en su vagina, luego dos, luego tres y en base a sus jadeos de aprobación pudiese sentir el puño penetrarla, hasta que esa lágrima de pasión me pida no seguir...
Ya calientemente humillada bajar su pantalón y humedecer mi cuerpo cavernoso dentro de su cuerpo vaginal...

Y ella siempre pensó que cuando yo hablaba de calentura jugaba a ser un personaje fuera de mí ser. Y ella jamás entendió que el cuerpo busca el cuerpo, jamás entendió que la carne quiere carne. Jamás pudo antes entender la magia de coger duro y parejo, quiero romper la regeneración de tu virginidad y poder hacerme sentir tu hombre.
Finalmente te abrasaría fuerte y permitirte sentir protegida hasta el fin de los tiempos.

Ella nunca creyó en mí. Ella nunca creyó en la carne y pensó en huir a mundos etéreos descritos en infantiles mitos...
Hoy ella está feliz pues hay otro que le entregó lo que pensaba querer...