Mujeres con pasos de leona
He conocido a través de mi vida,
Algunas cuantas mujeres con el paso de la leona.
Y sobra decir que le he sobrevivido a cada uno de esos encuentros,
Mi cuerpo, mi vida; y si acaso, un pedazo de mi alma.
Quizá se lo deba al hecho, de haberlas avistado en la lejanía,
No tanto con la precaución del prudente,
sino con la invisibilidad del insignificante.
No he salido, sin embargo; intacto de dichos espectáculos.
Pues así como leonas reales, ellas son depredadoras implacables.
Elegantes.
No obstante también, existen ciertas diferencias:
A pesar de que con ambas la presa termina cayendo…
Con la leona, la que no se da cuenta es la presa.
Y con la mujer, la que no se da cuenta es ella misma.
Pues con su andar decidido,
entre la melena del viento y el rugido en el cuerpo.
No hay hombre en el mundo que no quiera ser presa
De una mujer con paso de leona y alma de fuego.
Ante tales características, y esta discreta advertencia,
Uno pensaría que debería tener cautela para no encontrarse alguna de ellas.
Estas precauciones son innecesarias,
Será casi imposible encontrarse alguna en la vida.
Y será casi inevitable encontrarse algunas miles,
Buscando imitar el paso de la leona, Logrando solamente el andar,
De otro animal cuadrúpedo.
Pues para ser una mujer con el paso de leona,
tienes que ser, en efecto:
Una leona.
Así que no preocupes del encuentro con una de ellas,
Así como yo, te cazarán sin que se den cuenta,
Así como yo, sobrevivirás tu cuerpo, tu vida,
y el resto de alma que no se han llevado.
Podrás seguir viviendo como lo llevas haciendo.
Andando el camino sin ninguna precaución.
Pues para sobrevivir intacto a una mujer con el paso de leona,
Tienes que ser, en efecto:
Un león.
Comentarios & Opiniones
Vaya animales de una misma especie. Bonitas letras. Saludos
Buenísimo! amigo Rodrigo así es que es.
Tal para cual.
Saludos de amistad.