Dulce

Dulce beldad, eres quien enradia luz en medio a mi temporal.
Mientras trago el sabor amargo de la decepción, haz me sentir paz, ámame sin lastimarme, toca me sin romperme.
Hay días que envidio a la morgue esperando el momento exacto de mi carne fundir al fuego y que las cenizas sean abono.
Rompa mis huesos y no mi alma.

Comentarios & Opiniones

Pétalos celestes

Triste este poema, Robson. Mientras hay vida hay esperanzas...el amor siempre vuelve a renacer. Saludos cordiales. Ingrid Zetterberg

Critica: