Soledad, buena compañía

puede ser que la soledad sea buena compañía,
porque aprendí lo que sé, tomándome de su mano.
y es posible que lo que me quede aun por saber,
tenga que ser callado y con los ojos cerrados.

el silencio me espantó oprimiendo su obscura mano,
temblando abrí mis ojos buscando compañía,
abrazándome a la almohada oraba susurrando,
pidiendo para que me viera el ser por quien sufría.

por eso sueña muy bien despierta y sin pesares querida amiga,
no resignes todos tus tiempos estando y buscando estar sola,
que vos y tus soledades eternamente serán amigos,
y llegará el momento para decirle simplemente “soy feliz y ahora”.

roberto peiretti