Simplemente

porque veo en tus ojos a veces,
ternura, caricias, deseos de amar,
encendiendo en mis sueños un mundo,
de paz infinita que calma mi andar.

y renacen en mí las palabras
que un día borraron nuestra soledad,
ilusiones que nos acercaron
y pronto se hicieron nuestra realidad.

si pudiera decir de algún modo,
con simples palabras, tal vez sin hablar,
que presiento me fuese imposible
navegar la vida lejos de tu mar.

diariamente la vida nos prueba,
de cien mil maneras las fuerzas de amar,
pero aún no han podido las piedras
romper los cristales de este nuestro altar.

simplemente no quiero que el tiempo,
se lleve al olvido el milagro de amar,
rebusco en tus ojos la llama
que puso en mis manos la felicidad.

roberto peiretti