Él era todo.

Él era todo.
Se había convertido en mi totalidad.
Era mis 6am y mis 3:00am.
Él era mi desayuno a las 9:30; mi pan con queso y mi café caliente.
El beso más dulce.
El beso más amargo.
El beso más triste.
Él era mi almuerzo en soledades.
Mis jugos de papaya a las 2:40pm.
Era mis medias largas a rayas.
La firmeza con la que despertaba algunos días y la tristeza con que me acostaba algunas madrugadas.
Era mis trabajos más agotadores.
Él era mi mejor sonrisa.
Mis caderas.
Mis piernas y rodillas.
Él era mis cejas pobladas, mis pestañas rizadas y mis pupilas dilatadas.
Era mi verano más caliente.
Mi invierno más frío.
Era mis flores verdes.
Naranjas.
Amarillas.
Era mis girasoles caídos.
Mis nubes grises.
Él era las gotas de lluvia y el tornado de mi alma.
Era Centro de Lima.
Mi municipalidad.
Era helados de maracuyá, pie de limón y fresa.
Él era mi “at last” preferido y mi “small time blues” a las 6:40.
Era mis cafarenas negras, mis jeans y mis casacas grandes.
Él era mis pañoletas, a veces verdes, a veces marrones, a veces grises y rojas.
Era mi tarde más bonita.
Mis 12:04am más tarde.
La brisa al cerrar los ojos.
Mi rostro al natural.
Él era mis pecas y también mis imperfecciones.
Las manos más hermosas de Lima.
Era mi mejor huaylash.
Mi pintura.
Era la expresión de felicidad.
Mi mejor baile.
Él era mis pies helados.
Era el mejor refugio.
El paseo más largo.
Mi caos interno.
Él era el sueño del cual no quería jamás despertar.
Mis llantos a las 4:00am.
Mi corazón valiente.
Era ayer, hoy y mañana.
La mirada perdida.
Era Huancayo.
Mis cóleras, mis arranques.
Él era mis demonios azules.
Mis marcas en la piel.
Era mis chocolates Sublimes, Princesas e Ibérica.
Él era el suspiro más largo.
El mejor sexo.
Era las mejores pestañas con caída libre.
El cabello para fundir mis dedos.
Era los mejores textos con los que me envolvía.
Él era la locura y el misterio juntos.
Era la palabra siempre y vencimiento a la vez.
Él era todas mis oraciones iniciadas con “Te”.
“Te extraño”
“Te pienso”
“Te siento”
“Te necesito”
“Te amo”
Y yo simplemente era “esto” y “aquello” sin definición como a veces me sentía, sin embargo él me devolvía la vida.
Aquí.
Ahora.
Él era todo.

Comentarios & Opiniones

JRaul

Muy bonito y sentido. !Te felicito!

Critica: 
Pétalos caídos

¡Muchas gracias!

Critica: