Nocturno Nro. 2

poema de RaúlZárate

No queda en mi mente
un solo espacio para la paz
lejos de la inconsciencia
Me dejo seducir por los murmullos que esconden
todas las cosas que duermen
Cierta mirada nos vigila
Íntima y furtiva
abarca cada palmo de nuestro cuerpo.
El velo de la noche nos envuelve y nos incita
a caer en el delirio que la seducción de la luna nos induce.
Mientras,
el olor de la savia
que destilan algunas sombras prófugas
nos satura y aniquila.
La noche nos devuelve
al origen
al tamborileo y a los espasmos febriles,
a las danzas en torno a una fogata
La noche nos recuerda
el nacimiento de los símbolos.
Y del espacio curvo henchido de luz estelar
nace la daga que cala profundo
nace el aullido que quiebra el tímpano
nacen los pasos que se traducen
en horror en nuestros ojos
nacen las sutiles profecías
de la muerte y la locura.