Errante

"¿Ahora no existo? ¿Ahora no me recuerdas? ¡Soy yo! ¡Aquí y ahora! ¡Todas aquellas cosas, aquellas historias, aquellos momentos, aquellos detalles! ¿Dónde están? ¿Dónde quedaron? ¿Qué ocurrió? ¿Se los llevó la historia y los guardó en algún lugar? ¿Dónde descansan ahora? ¿Quién los tiene? ¡Tú ya no conservas nada! Pero yo sigo aquí, sin vida y sin mi alma, porque fue lo único que te llevaste, y el resto se perdió. Solo el recuerdo y tu sangre me dejaste. Recuerdo lo que tuve, era toda mi vida, era todo lo que había. Ya nada más importa, no se puede vivir sin alma. Estoy vacío y vivo en la oscuridad. Solo la noche y su Luna me consuelan. Camino a medianoche sin rumbo y no quiero que llegue el día. El reloj es inútil, al igual que vivir, porque estoy muerto y solo nuestra sangre continúa. Tu herencia perdura en secreto y solo el viento conoce mis pasos. Las aves me presienten, las espigas me acarician, los grillos enmudecen y las rosas mueren. ¿Qué importa si ya no estás? El farol ya no existe, ahí donde me besaste por primera vez. Ahora hay un edificio lleno de vidrios donde apenas me reflejo y paso de lado, como me enseñaste. Recorro las calles como Caín, desterrado del amor y de Dios, amparado en mi desgracia, buscando aquellas cosas que no volverán, aquellas historias, aquellos momentos, aquellos detalles, mi alma, mi sangre, ¡mi vida y tú!"