Reflexiones en una clase

poema de PAR

Reflexiones en una clase cualquiera:

Si queremos cambiar el resultado, debemos cambiar la visión.

Si cambio un hombre, cambiaré la humanidad.

Demasiadas reglas nos apartan de la realidad, la humanidad ha progresado más y ha sido menos violenta, en la medida en que ha tenido menos ataduras, normas, castigos y prisiones; en la medid en que ha tenido tiempo para echar su espíritu a volar.

El academicismo escinde el sujeto y el conocimiento mismo, hasta desnaturalizar su esencia.

¿Por qué como docentes tratamos de cambiar al estudiante, en lugar de tratar de cambiar nosotros como docentes, y el poder que emana de nuestros gobernantes, cuando violenta el derecho de su gente.

Si no hay empleo, nunca sabremos si la formación que se le dio al estudiante, verdaderamente sirvió.

Debemos aprender a no mirar como siempre hemos mirado, ese es uno de los retos que debe plantearse la nueva educación.

¿Quién me puede asegurar que como se piensa o como se responde, así se actúa, si así fuese, no sucumbiríamos tan fácilmente ante el sofista, el corrupto y el estafador?

Siempre miramos a dónde todos miran; empezaremos a crear, cuando miremos a donde la mayoría no acerca su mirada.

Si no conoces el revés, no podrás conocer tampoco el derecho.

Cuando hablamos para que nadie nos escuche, puede ser que no sabemos y no queremos que nos interroguen, nadie puede hablar y enseñar más allá de lo que sabe.

A veces es mejor no saber, por el conocimiento hay que pagar su precio y en ocasiones, demasiado alto.

Las cosas que tienen mayor valor, no son las materiales.

¿Si los colegios se deshacen de la discapacidad, a dónde quedará la inclusión?

La escuela es el escenario por excelencia para conocer una sociedad y lo que ocurre en torno a ella, cuando Grecia la creo, extendió su imperio hasta la posmodernidad.

Como maestros no hemos aprendido a callar, siempre corrigiendo, siempre haciendo callar, el día que aprendamos a escuchar, aprenderemos a enseñar y el resultado no se hará esperar.

Nos da miedo aprender, porque de donde más se aprende es de los errores, y nos horroriza equivocarnos, o que nos quiten la razón o desaprueben nuestros argumentos o actos.

De todo se aprende, pero de lo que más se aprende, es de los errores ajenos, porque de los propios se levanta el muro del orgullo que nos impide reconocerlos.

Estuvo tan cerco de los afectos de su Maestro que poco aprendió, poco se exigió, poco creció; es la distancia la que a veces, nos permite ver los errores, nunca olvidemos esa regla, acercarnos y alejarnos nos da la justa dimensión de las cosas.

La neutralidad resulta conveniente, como el silencio prologado en las discusiones, pero con frecuencia nos hace cómplices, especialmente cuando debemos tomar partido frente a las injusticias sociales.

Cómo pretender que con un solo proyecto se va a resolver un flagelo social como la violencia social, la misma naturaleza nos indica que la vida es un largo proceso con largas etapas en que hay que madurar; en esta sociedad abundan los proyectos, la mayoría fallidos, porque no van articulados a procesos que conduzcan al fin propuesto.

Se aprende más en clase no escribiendo, sino observando atento lo que ocurre en ella.

La mejor forma para aprender es perder el miedo a la crítica.

No hay mejor forma o terapia para cambiar el ser humano que la palabra.

Se aprende más fuera del aula, que dentro de ella, no hay mejor escuela que la vida, el aula solo condiciona, la vida marca.

No tengamos miedo a perder tiempo, antídoto natural para combatir la depresión generada por las exigencias de los tiempos modernos; detrás de los trabajadores empedernidos se encuentra rumiando su dolor en silencio, un depresivo.

No busques tener siempre la razón, porque si existiera la verdad, esta sería la forma más lejana de acercarte de ella.

No sé si son cuatro elementos para la vida como lo decían los griegos, tierra, agua, aire y fuego, porque aún no he explorado mi galaxia y menos el universo.

Se piensa más desde abajo, los de arriba tras su urna de cristal o hierro, tras sus protocolos y sus cúmulos materiales, sucumben ante sus tradiciones inquebrantables.

El hombre progresa hasta que acumula riqueza, el resto de su vida la pierde cuidando lo acumulado, este es su gran pecado y temible torpeza.

Hoy me voy a dedicar a aprender, desaprenderé todo lo que hasta hoy he aprendido.

Comentarios & Opiniones

María Ángel Russo

Excelentes reflexiones, dignas de un encuentro con algunas copas enfrente, con el ánimo irreductible de cambio para mejor en aquellos que tienen en sus manos la terrible responsabilidad de moldear mentes y corazones

Critica: 
Osler Detourniel

Muy buena reflexión, gracias por abordar el tema, felicitaciones

Critica: