EL SOL QUE NO PARARÁ DE BRILLAR

Salgo del trabajo y allí está
el sol que no para de brillar,
sus rayos me alcanzan todo el cuerpo
y todo en mí es alegría
y me pregunto a mi misma
¿cómo hay quien no se fija?
extraña filosofía
pensar a quienes hay no importa
que ese sol brille siempre
ni da ni quita
sólo da pena.
Una vez el sol estaba rojo
y se movía a gran velocidad,
pensé que pronunciaba mi nombre; Aurora
y me llené de felicidad.
Que por pensar no quede
que en el firmamento
Dios escribe tu nombre y lo pronuncia...
en silencio.

Del libro Amaneciendo
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