Pequeña damisela

Y al volver a verte.
Creo más conocerte.
Preciosa damisela.
Que mi atención desvela.

Nunca quiero desviarte de tus deberes.
Pero es duro no hacerlo.
Por como eres.

Porque se que me quieres.
Cómo buena amiga.
Que desde que te conozco eres.

Deja que por un momento lo consiga.
Desviar mis preocupaciones.
Cruzando unas palabras contigo.

Porque siempre seré un buen amigo.
Buscando  en ti motivaciones.
Que me lleven a ser mejor.

Me trasladen a la alegría.
Que antaño conocía.

A ese dulce azul color.
Que ahora palidece con el dorado.
De tu cabello acompañado
Por el rosado de tu sonrisa.

Que ni siquiera la perfecta brisa
de tu querida Santoña
Quita, ni nunca se convertirá en roña.

Pequeño ruiseñor que sin cantar.
Vuelve mi vuelo a levantar.
Corazón de amabilidad.
Solo a la altura de tu tacto.
Voz acogedora en el acto.
Y atención hasta la posterioridad.

Cariñosa voz de perla blanca.
Encontrada en la orilla.
De una bellísima Villa.
Que el abrazador mar no arranca.

Volveré mañana a tomar ese café.
Porque hará que no haga falta.
Que me digas pasa buen día.

A la vista salta, lleno de fe
Que sin estos momentos.
No estarán en paz mis pensamientos.
Querida y estimada amiga mía.