Crepuscular
poema de Pablo
Ya van las horas taciturnas
alzando presurosas tales vuelos,
las horas cargando vanidades
perdiéndose en lo oscuro de los cielos;
y cómo crece en el ocaso la tiniebla,
como vierte en nosotros los bostezos:
día que pasa, lo mismo al ocioso
que a las manos cansadas del labriego.
La noche extiende ya su tela tan silente
y en su callar queda un remordimiento:
¡lo que no fue y pudo haber sido!
¡lo que quedó en la antesala del intento!
Comentarios & Opiniones
Muy buenas letras,intensas, me gustó mucho saludos y beso.
Buena obra reflexiva, linda rima un placer querido amigo, un abrazo Pablo, linda noche.
Gracias por pasar y dejarme sus impresiones.
Paz y mucho bien. Saludos.