ACCIDENTE

SE estrella en el muro una Luna de cemento,
cuatro sombras deslizan por su cuerpo
una grieta en el alma grita sola,
una voz sin eco en el desierto.

Como un río baja por la calle
la nostalgia derramada por el tiempo,
todo vuelve una mañana oscura
a enredar sus ojos de silencio.

Es hora del abrazo subterráneo,
es hora de romper con el recuerdo.

Hay sangre en las manos de las rosas,
hay rosas en las manos del cemento.

La Luna se estrella en el camino
y fractúrase una vértebra del cuello.