noche fría

De nuevo acabas de llegar y la otra está punto de irse
Te tiñes las sienes de una oscuridad frívola y fría
Ahora, ¿amor cómo debo caminar?
Interrumpes una tarde de tormentas pasionales.

No quiero abrigarme alardeando con el fuego de mi corazón.
Solo me arruiné a la desnudez de tu trampa, así quedé, solo, frágil.
No quiero ser el sueño irreal, presagio, conjuro.
Es nubla tus ojos de aquellos que observan mi poema.

Es una noche como aquellas de Orizaba,
Pero no la única eterna y sublime.
Los arboles han desnudado sus hojas,
Si mi amor, por el ajetreo del viento, indefensas, sin futuro.

Así como el futuro que no dejas ver,
La alameda, las bancas y todo se hecho neblina.
Y el café de a lado es donde empieza nuestro poema,
En los versos fríos de tus besos apasionados.

Y es que debajo de tu ropa están aquellos relieves,
Aún deseo sembrar mis semillas en tus praderas, fieles llanuras de misterios.
Noche fría, noche fría, eso me regalas.
Mi noche, tu noche, la nuestra.

DERECHOS RESERVADOS EDUARDO BENAVIDES T. S. A. DE C. V.
ALIAS: LA OVEJA POÉTICA